domingo, 8 de febrero de 2009

Conoce a Joan.rock uno de los redactores que te ofrecerá historias baratas pero reales servidas EN DOS PLATOS.

La televisión en Venezuela se vuelve cada día más decadente. Desde hace algunos meses no disfruto las bondades de la televisión post pagada y por fallas en mi consola de video juegos he decidido enfrentar la dura tarea de abrirme un poco a eso que las personas observan con desagrado y que alguna vez fue nuestra entretenida TV nacional. Ya dije que solo me aventuraría un poco (no quiero que me de alguna enfermedad rara en los ojos o terminar de esclavo lavando botellas en cierta cervecería venezolana, gracias a los mensajes subliminales de cierto señor que por cierto también es dueño de un equipo de baseball, que no quiero decir nombre pero es de apellido Cisneros). Así que si omito algunos detalles es porque no soporte la carga psicológica que ofrece muchas veces nuestra caja mágica nacional.Mi odisea comienza a las 9:30 a.m. cuando Venevision transmite un peculiar programa conducido por una señora de edad avanzada que baila reggaeton a la vez que entrevista a los invitados del día.

El programa pretende ser una especie de consulta psicológica, pero en vez de de un consultorio hay un estudio, en vez de ser en privado te ven millones de personas, en vez de ayudarte se burlan de ti y en vez de psicólogo esta Maricarmen Sobrino. Las personas van al estudio a contar sus problemas y a discutir con su contraparte. Lo gracioso de todo esto, es que cuando Maricarmen deja de bailar alguna canción rara que nadie conoce o algún ritmito pachangoso de nuestra época, los invitados aún guardan la esperanza que se les de alguna alternativa a sus problemas (claro, esto si sobrino aun deja invitados en el estudio, ya que es común que se ponga bravita y los mande al infierno un cuarto de hora después de comenzado el programa).

Pero como es común en nuestro país esta alternativa muy rara vez llega; Así que sigo sin comprender el objetivo del programa, supongo que a muchas personas le gusta oír las historias de mujeres (y de hombres también) que juntaron sus tres churupitos y viajaron a la capital para denunciar a su vecina porque su mata de mango ocupa un tercio del espacio aéreo de su propiedad, además con sus bonitos mangos ensucia una proporción de tierra de su desarreglada pero limpia invasión. Esto en verdad me desagrada muchísimo y a la vez me hace reír de cómo utilizan sutilmente al “pendejo”, el mango es bueno y aquí en Venezuela es muy económico, no se le debería tratar de esa forma tan hostil; muchas personas en Zimbawe desearían comerse un sabroso mango. Creo que esta clara la conclusión del día. Me comeré un mango y continuare con esto luego.

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